Conocido
científicamente desde 1825 como Tremarctos Ornatus, el Oso Frontino es el único
representante de la familia Ursidae que habita en América del Sur. Su hábitat
se ubica en los bosques húmedos, paramos y zonas semiáridas, a lo largo y ancho
de la Cordillera de los Andes de Venezuela, Colombia, Perú y Bolivia, aunque
algunos ejemplares también han sido vistos en el Sureste de Panamá, en la
frontera con Colombia y al Norte de Argentina, en la frontera con Bolivia.
Dentro de esta amplia área de distribución geográfica el Oso Frontino ocupa una
gran diversidad de hábitats en pisos altitudinales que van desde los 250 hasta
un poco más de los 4.000 metros sobre el nivel del mar.
Muy
diferente a otras especies de osos, el Frontino o Andino posee un tamaño
mediano, entre 1,5 y 2 metros de longitud, cabeza-cuerpo, el macho y
sólo 2/3 de este tamaño la hembra,
con pesos que oscilan entre los 80 y 125 kilogramos. No es un oso feroz, solo
ataca cuando siente que él o sus crías están en peligro. Es omnívoro y sólo el
4% de su dieta es de origen animal con insectos, aves y pequeños mamíferos pero
prefiere alimentarse de plantas y raíces, frutos silvestres, le encantan la
miel y las hormigas y tiene como su comida favorita, nada mas y nada menos que
a las bromelias.

Conocido como Oso de Anteojos, Oso Real, Mashiramo,
Ukuku, Oso Careto y El Salvaje.
Se le llama Oso Frontino porque tiene en su cara
manchas blancas o amarillentas alrededor de los ojos, que asemejan unos
anteojos. Su pelaje, suave y brillante, es usualmente negro, aunque algunos
pueden presentar tonalidades castañas. Tiene marcas de coloración blanca o
amarillenta en el hocico, alrededor de los ojos, cuello y pecho. La forma y
extensión de sus marcas varían entre ellos y hasta se pueden encontrar
ejemplares totalmente negros.
Esta variación de tonalidades y
colores le ha propiciado la designación de muchos nombres a lo largo de su área
de distribución en América del Sur, como por ejemplo, Oso de Anteojos, Oso
Real, Mashiramo, Ukuku, Oso Careto y El Salvaje.

En Venezuela quedan menos de 2000 ejemplares.
Foto: Tomás Fernandez
En
Venezuela, además de Frontino, también se le conoce como Oso Andino porque su
hábitat está en las montañas que se extienden desde los bosques altos de los
Andes en los estados Táchira, Mérida y Trujillo pasando por el norte de los
estados Lara y Portuguesa, hasta la Sierra de Perijá, en el estado Zulia.
Actualmente
en Venezuela la existencia del Oso Frontino o Andino está seriamente amenazada
y su especie en peligro de extinción, como consecuencia de la rápida
declinación registrada en las últimas décadas, causada, a su vez, por la
destrucción y fragmentación de su hábitat, ocasionado por la actividad del
hombre, muy específicamente por la deforestación ocasionada con el crecimiento
de las zonas agrícolas y por la cacería deportiva indiscriminada, actividades
que han reducido la población del Frontino en el territorio nacional a una
cifra muy lamentable: menos de 2.000 ejemplares.
Muchas
organizaciones conservacionistas, nacionales y extranjeras, han venido
advirtiendo que, inclusive, las poblaciones de osos Frontinos o Andinos que
están sobreviviendo son fragmentarias y restrictas a reductos boscosos que han
quedado aislados, lo que dificulta aún más su defensa y conservación, por lo
tanto su supervivencia.
Esta realidad
ha movilizado a la UICN, Unión Mundial para la Naturaleza y a su Grupo de
Especialistas en Osos en Venezuela, a señalar que la situación del Oso Andino
es realmente preocupante, de hecho, Isaac Goldstein, miembro de este Grupo,
advierte que como resultado de la reducción y fragmentación de los remanentes
silvestres por la expansión de las actividades humanas y el cambio del uso de
la tierra en la región de los Andes, sobre todo en los valles interandinos, las
poblaciones de Osos Frontinos se encuentran distribuidas en parches de hábitat
aislados, muchos de los cuales no tienen un tamaño adecuado como para mantener
poblaciones viables a largo plazo. La UICN ha catalogado el status del Oso
frontino en Venezuela como “Vulnerable” y “En Peligro”.
Ya en 1996, el
Gobierno Nacional había calificado a la especie como “En Peligro”, por lo que
el Estado venezolano anunció la protección oficial de la especie y la incluyó,
ese mismo año, en el Decreto de Veda indefinida que prohíbe su cacería en todo
el territorio nacional.

Igualmente, se hace necesario la revisión de las
políticas de desarrollo agrícola en las regiones que son el habitat de la
especie, por lo tanto urge la aplicación de políticas acertadas y contundentes
que protejan esta hermosa especie más allá de colocar su imagen en el papel
moneda nacional.
Parque Zoológico Botánico Bararida
Es muy importante que se amplíe el campo de acción en
materia de preservación de la especie, siguiendo el ejemplo de algunos Parques
Nacionales, que sí se han tomado en serio esta tarea, como por ejemplo, el
Parque Zoológico Botánico Bararida en Barquisimeto, Estado Lara.en cuyas
instalaciones se trabaja desde hace años buscando y logrando la mayor
experiencia en la cría de esta especie en cautiverio, lo que hoy les ha
permitido tener dos machos y dos hembras.
Gemelos “Coro” y “Chiquinquira” del Parque Gustavo
Rivera en Parque Cardón. Foto: Andres E. Bracho
Igualmente el Parque Gustavo Rivera, de Punta
Cardón, en el estado Falcón, que también tiene esta especie en cautiverio y
hasta ha logrado reproducir Osos Frontinos con 4 partos registrados antes del
2000 con su osa Google, que en 1995 tuvo una hembra bautizada Paraguaná y
en 1997 parió gemelos a los que llamaron “Coro” y “Chiquinquirá”.
La protección del Oso Frontino y su especie tiene que
ser un objetivo de esfuerzo común e integral, multinacional y de Gobiernos,
porque su cacería y cambio de hábitat van más allá de las fronteras
venezolanas. La especie está seriamente amenazada por ambas actividades, las
cuales la han colocado en peligro de extinción, como señalan los resultados de
las últimas investigaciones realizadas y basadas en modelos de área ocupacional
y muestras genéticas, que revelan su declinación hasta el punto de sólo existir
menos de 2000 osos en Venezuela, 7.000 en Colombia, 2.000 en Ecuador, y,
alrededor de 400 en Argentina.
Álvarez,.J. (2014). El Oso Frontino U Oso Andino. (Página
web). Disponible en:
http://revistamadretierra.com/2014/05/el-oso-frontino-u-oso-andino-2/.
Consultado: 2016/03/29.
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